SINOPSIS:
Los amores perdidos es la historia de los jóvenes Arturo
Quíner y Alejandra Minéo, de su relación imposible y de lo que tuvieron que
sacrificar por ella. Y de dos familias, los Quíner y los Bernal, enemigas
eternas. Y es también la historia de un pueblo canario, El Terrero, de héroes
anónimos y caciques ambiciosos, donde las pasiones son arrebatadas, los
secretos se desvelan entre susurros y las venganzas se cobran con sangre.
Los amores perdidos es el poderío de Dolores Bernal, la matriarca
despótica que controla el pueblo con mano de hierro; la bondad de Alfonso
Santos, el honorable y firme médico que conoce el punto débil de todos sus
vecinos; el valor de Rita Cortés, la chica rebelde y excesiva, que huye a la
Península para encontrar algo muy diferente a lo que esperaba; o la tenacidad
de Ismael Quíner, el noble enamorado que lo ofrecerá todo por la supervivencia
de su estirpe.
Los amores perdidos es un épico y colosal tapiz tejido con
estas y otras muchas historias, que afectarán a la pasión de Arturo y Alejandra
a lo largo de los años y que les llevará del Terrero a Nueva York, del
enamoramiento al desencanto, de la separación al reencuentro para finalmente
enfrentarse a un destino incierto.
MI
OPINIÓN:
He tenido que volver a recurrir a mi bibliotecaria de
referencia para encontrar esta novela. No me sonaba que tuviese en casa ninguna
novela que transcurriera en una isla, así que me acerqué a la biblioteca para
que ella me aconsejase. La verdad es que se parte cuando le hago este tipo de
preguntas y como en la vez pasada, me preguntó que en qué lío me había vuelto a
meter.
Pobre mujer, tiene una paciencia conmigo que no es
normal, porque cuando me apunté a la Yincana Histórica, le llevé la plantilla
para que me buscase libros que encajaran, pero aunque si que me llevé algunos,
al final me dio pereza reseñarlos y me tuve que callar que al final mi
participación fue nula. Ahora que me veo más animado, porque he dejado el
trabajo, creo que le voy a dar mucho la brasa.
Aunque me habló de un autor canario que por lo visto está
teniendo bastante éxito porque debe ser muy bueno, cuando me enseñó este otro
libro y me contó que siendo una primera novela de un escritor casi desconocido
preferí decantarme por esta, que siempre viene bien dar un poco de apoyo a los
que empiezan.
Para empezar, quiero destacar que he disfrutado de esta
novela como hacía tiempo que no me pasaba. Es un novelón de los gordos y quiero
decirlo de antemano.
La novela comienza cuando Arturo Quiner recibe la carta
de Alejandra Mineo, su mujer, solicitándole el divorcio desde Nueva York,
ciudad en la que reside mientras él lo hace en el Terrero, el pequeño
pueblecito canario del que son naturales. Él, aunque se duele, no parece que se
sorprenda, pero digamos que esta novela empieza por el final y para conocer qué
motivos han llevado a Alejandra a tomar esta decisión, primero hay que leerse
toda la novela.
Digamos que no fue precisamente un arranque de los que me
emocionan, porque yo andaba buscando una novela en la que hubiese crímenes, no
una historia romántica. Pero si mi bibliotecaria me pidió que la leyese y más
conociendo mis gustos, no me iba a venir abajo tan pronto, así que continué y
parece que cantaron bingo, porque enseguida me encontré con que alguien
pretende matar a Arturo Quiner arrojándole por las escaleras de su casa.
Entonces sí que si que arranca una historia fascinante, que transcurre durante
varias décadas y junta a varias generaciones de miembros de dos familias: Los
Quiner y los Bernal, enemigos íntimos, que harán nuestras delicias.
He de decir que además de los escenarios, que podrían
considerarse un personaje más porque tienen mucha relevancia en la trama
(aunque casi toda la obra se desarrolla en El Terrero, un pueblecito canario de
donde son originarios la mayor parte de los personajes que aparecen en la
novela, también hay una parte de la historia que se desarrolla en Madrid y
Nueva York), la clave fundamental por la que me ha gustado tanto esta novela
está en los personajes. De verdad, son para llorar de emoción, porque son
fuertes y transmiten muchos sentimientos en el lector, desde el rechazo más
profundo hasta la ternura, pasando por todos los estados. Tengo que admitir que
Dolores Bernal me cautivó desde las primeras páginas. ¡Madre mía, qué bicha!
Como dicen mis colegas, parece que pertenezca a la escuela de Chicago. Sin
embargo, llega un momento en que la coges hasta cariño ¿os lo podéis creer?..
La razón es muy sencilla, el escritor escribe de
maravilla, es detallista y minucioso y la novela está llevada con un ritmo que
permite reposar y retomar cada historia prestando todo tipo de atención a cada
decisión que se toma, a cada consecuencia, porque no dejan de pasar cosas.
En definitiva, creo que no deberíais perderos esta
novela, porque en ella encontraréis todo lo que podéis pedirle a un buen libro.
¿He dicho buen libro? Perdonarme, ¡es un novelón sin contemplaciones!.
Ademas he aprovechado para ilustrar la reseña con unas fotos que tome en mi último viaje a Canarias, concretamente en las Cañadas del Teide, que me quedaron chulas.
Ademas he aprovechado para ilustrar la reseña con unas fotos que tome en mi último viaje a Canarias, concretamente en las Cañadas del Teide, que me quedaron chulas.