lunes, 13 de marzo de 2017

LOS AMORES PERDIDOS - Miguel de León





SINOPSIS:


Los amores perdidos es la historia de los jóvenes Arturo Quíner y Alejandra Minéo, de su relación imposible y de lo que tuvieron que sacrificar por ella. Y de dos familias, los Quíner y los Bernal, enemigas eternas. Y es también la historia de un pueblo canario, El Terrero, de héroes anónimos y caciques ambiciosos, donde las pasiones son arrebatadas, los secretos se desvelan entre susurros y las venganzas se cobran con sangre.

Los amores perdidos es el poderío de Dolores Bernal, la matriarca despótica que controla el pueblo con mano de hierro; la bondad de Alfonso Santos, el honorable y firme médico que conoce el punto débil de todos sus vecinos; el valor de Rita Cortés, la chica rebelde y excesiva, que huye a la Península para encontrar algo muy diferente a lo que esperaba; o la tenacidad de Ismael Quíner, el noble enamorado que lo ofrecerá todo por la supervivencia de su estirpe.


Los amores perdidos es un épico y colosal tapiz tejido con estas y otras muchas historias, que afectarán a la pasión de Arturo y Alejandra a lo largo de los años y que les llevará del Terrero a Nueva York, del enamoramiento al desencanto, de la separación al reencuentro para finalmente enfrentarse a un destino incierto.


MI OPINIÓN:

He tenido que volver a recurrir a mi bibliotecaria de referencia para encontrar esta novela. No me sonaba que tuviese en casa ninguna novela que transcurriera en una isla, así que me acerqué a la biblioteca para que ella me aconsejase. La verdad es que se parte cuando le hago este tipo de preguntas y como en la vez pasada, me preguntó que en qué lío me había vuelto a meter.

Pobre mujer, tiene una paciencia conmigo que no es normal, porque cuando me apunté a la Yincana Histórica, le llevé la plantilla para que me buscase libros que encajaran, pero aunque si que me llevé algunos, al final me dio pereza reseñarlos y me tuve que callar que al final mi participación fue nula. Ahora que me veo más animado, porque he dejado el trabajo, creo que le voy a dar mucho la brasa.

Aunque me habló de un autor canario que por lo visto está teniendo bastante éxito porque debe ser muy bueno, cuando me enseñó este otro libro y me contó que siendo una primera novela de un escritor casi desconocido preferí decantarme por esta, que siempre viene bien dar un poco de apoyo a los que empiezan.

Para empezar, quiero destacar que he disfrutado de esta novela como hacía tiempo que no me pasaba. Es un novelón de los gordos y quiero decirlo de antemano.

La novela comienza cuando Arturo Quiner recibe la carta de Alejandra Mineo, su mujer, solicitándole el divorcio desde Nueva York, ciudad en la que reside mientras él lo hace en el Terrero, el pequeño pueblecito canario del que son naturales. Él, aunque se duele, no parece que se sorprenda, pero digamos que esta novela empieza por el final y para conocer qué motivos han llevado a Alejandra a tomar esta decisión, primero hay que leerse toda la novela.



 Digamos que no fue precisamente un arranque de los que me emocionan, porque yo andaba buscando una novela en la que hubiese crímenes, no una historia romántica. Pero si mi bibliotecaria me pidió que la leyese y más conociendo mis gustos, no me iba a venir abajo tan pronto, así que continué y parece que cantaron bingo, porque enseguida me encontré con que alguien pretende matar a Arturo Quiner arrojándole por las escaleras de su casa. Entonces sí que si que arranca una historia fascinante, que transcurre durante varias décadas y junta a varias generaciones de miembros de dos familias: Los Quiner y los Bernal, enemigos íntimos, que harán nuestras delicias.

La novela se divide en tres partes: en la primera conoceremos a los personajes y su entorno, todos muy buenos porque están muy bien descritos. Además, debería decir aquí que se trata de una novela coral, por lo que hay distintos protagonistas. En la segunda, el autor se centra casi exclusivamente en la vida del matrimonio formado por Arturo y Alejandra y su historia de amor desde sus orígenes. En la tercera parte nos encontramos con el desenlace.


He de decir que además de los escenarios, que podrían considerarse un personaje más porque tienen mucha relevancia en la trama (aunque casi toda la obra se desarrolla en El Terrero, un pueblecito canario de donde son originarios la mayor parte de los personajes que aparecen en la novela, también hay una parte de la historia que se desarrolla en Madrid y Nueva York), la clave fundamental por la que me ha gustado tanto esta novela está en los personajes. De verdad, son para llorar de emoción, porque son fuertes y transmiten muchos sentimientos en el lector, desde el rechazo más profundo hasta la ternura, pasando por todos los estados. Tengo que admitir que Dolores Bernal me cautivó desde las primeras páginas. ¡Madre mía, qué bicha! Como dicen mis colegas, parece que pertenezca a la escuela de Chicago. Sin embargo, llega un momento en que la coges hasta cariño ¿os lo podéis creer?..

                      

La razón es muy sencilla, el escritor escribe de maravilla, es detallista y minucioso y la novela está llevada con un ritmo que permite reposar y retomar cada historia prestando todo tipo de atención a cada decisión que se toma, a cada consecuencia, porque no dejan de pasar cosas.

En definitiva, creo que no deberíais perderos esta novela, porque en ella encontraréis todo lo que podéis pedirle a un buen libro. ¿He dicho buen libro? Perdonarme, ¡es un novelón sin contemplaciones!.

Ademas he aprovechado para ilustrar la reseña con unas fotos que tome en mi último viaje a Canarias, concretamente en las Cañadas del Teide, que me quedaron chulas.
Esta reseña participa en la Yincana Criminal 2017 en el apartado “La acción transcurre en una isla”.

                                

lunes, 6 de marzo de 2017

LA MANIOBRA DE LA TORTUGA - Benito Olmo




SINOPSIS:


Empujado por el infortunio, el irreverente inspector Manuel Bianquetti se ve obligado a aceptar un traslado forzoso a la comisaría de Cádiz, un destino previsiblemente tranquilo que se verá alterado con el hallazgo del cadáver de una joven de dieciséis años. Una muerte violenta que le traerá reminiscencias de un pasado del que no logra desprenderse.

A pesar de la oposición de sus superiores, el inspector Bianquetti emprenderá una cruzada solitaria para atrapar al culpable siguiendo el rastro de unas evidencias que podrían no existir más allá de su imaginación. La realidad se va oscureciendo en la medida en la que el lector va devorando páginas al tiempo que participa junto al protagonista en la investigación de un caso cada vez más turbio y escabroso.


MI OPINIÓN:


No siempre las novelas que llegan a mis manos lo hacen por los mismos cauces. Normalmente estoy pendiente de las que van saliendo por internet, mirando lo más vendido porque entiendo que es lo más exitoso o porque alguien me recomiendo una en concreto y me hable tan bien de ella que me entren ganas de leerla.

Con esta novela fue todo una casualidad. Me encontré con un amigo al que llevaba mucho tiempo sin ver, porque hacía un par de años que se fue para trabajar en una empresa en otra ciudad. Ya solo eso fue una casualidad, porque el andaba por el centro de Madrid para hacer unas compras y casi nos dimos de bruces en plena Plaza del Callao. Empezamos a hablar de todo para ponernos al día y se nos iba el tiempo, así que nos fuimos a una cafetería cercana porque hacía mucho frío. Llevaba un libro en las manos y cuando me fijé en el título, casi me da un ataque de tos: “La maniobra de la tortuga”. No pude evitarlo y le dije, “pero tío, ¿y eso que es?” y muy serio me respondió: “Un novelón”. Venga hombre, que ya solo por el título tiene una pinta de Ful de Estambul que no se aguanta”. Siguió mirándome, perplejo y volvió a la carga: “Mira, Nacho, créeme si te digo que es un novelón. El título es raro, si, pero que no te extrañe que cuando hagan una película o una serie de la novela te acordarás de mi”. Entonces ya me puse serio yo también, se lo pedí para poder leer la contraportada y empezó a convencerme.

Cuando salimos de la cafetería, ya de camino al metro, me dijo que si le podía acompañar a La Casa del Libro, que estaba a unos pocos metros. Lo hice y cuando llegamos a la tienda mientras él se acercaba al mostrador a preguntar algo, yo me demoré en un stand mirando algunos libros que me atraían. Cuando terminó su gestión me hizo una seña y nos fuimos. En la puerta me dio la bolsa con lo que había comprado y no era otra cosa que esta novela.

Y ahora es cuando os tengo que decir que tengo que darle toda la razón a mi amigo, porque he disfrutado un montón durante unos días en compañía de Manuel Bianquetti, un inspector de policía más bruto que un arado, al que cogí cariño desde el primer momento. Claro que este personaje está llamado a convertirse en toda una referencia si el libro consigue vencer los muchos prejuicios que muchos tenemos a lo nuevo. Porque hay escritores que es este país, no me digáis por qué, pasan sin pena ni gloria a pesar de haber escrito novelas que difícilmente podrían rubricar otros con una fama que más de una vez nos preguntamos a santo de qué.

El caso es que “La maniobra de la tortuga” es una novela policíaca de esas que solo esperas que se conviertan en serie porque tienen un protagonista de rompe y rasga. No es que se trate ya del típico policía relegado a una comisaría de provincias, como puede ser la de Cádiz en la que él trabaja por no haber sabido resolver un asunto en condiciones o, concretamente, porque el asunto en particular se le fue de las manos y hubo que taparlo de cualquier manera. No. El tema es que el protagonista lo es con fundamento, porque tiene una personalidad arrolladora, pero también porque son potentes la historia, la ambientación y la manera de narrar del autor.

Como he dicho, Manuel Bianquetti trabaja en Cádiz después de haberse pasado media vida trabajando en otra comisaría más importante en Madrid, con una reputación a prueba de todo hasta que todo eso estalló en sus manos porque algo demasiado personal se cruzó en su camino y, aparentemente, no supo medir las consecuencias, motivo por el que le trasladaron allí para ver si con un poco de suerte su nombre se iba apagando hasta que le llegara la jubilación. Llegó solo a la tacita de plata y solo nos lo encontramos cuando comienza la trama, malviviendo a base de café y cigarrillos.

Su vida en comisaría es tan gris como todo su entorno, como su vida, relegado a trabajar en tareas administrativas. No tiene amigos y tampoco los necesita, hasta que un día aparece el cadáver de una joven de origen sudamericano y todas las sospechas recaen sobre el novio, al que previo a su desaparición le habían visto discutir con ella. Para la policía no hay duda y quieren darle carpetazo al asunto cuanto antes.

Sin embargo Bianquetti pertenece a la vieja escuela y es de esos que tienen el instinto preparado a base de bien y no ve las cosas tan claras como sus compañeros, por lo que decide hablar con el detenido por su cuenta y que este le de su versión y como perro viejo que es, sabe que si quiere sacar la verdad a flote, tendrá que investigar por su cuenta.

En paralelo a esta trama conoceremos la historia de Cristina, una joven a la que la vida parece haberle dado una segunda oportunidad tras sufrir violencia de género. Trabaja en un hospital de un municipio cercano a la capital gaditana. A través de sus experiencias el autor ahonda en toda esa parte que la mayoría de la gente no conoce cómo funcionan los protocolos para con estas personas que viven amenazadas de por vida por unos indeseables que normalmente nunca cumplen con lo que se merecen. El caso es que es en las páginas que el autor dedica a Cristina donde nos ofrece un registro diferente, donde sale a la luz la parte más sensible y quizás la que más me ha impresionado, sin querer decir con esto que la parte policíaca no me haya gustado.

Resumiendo, La maniobra de la tortuga es una novela que estoy seguro que os gustará tanto como a mí, porque está muy bien proyectada, porque los personajes son muy creíbles y te tiene en vilo hasta la última página.


Esta reseña participa en la Yincana Criminal 2017 en el apartado “Es una novela policiaca”


miércoles, 1 de marzo de 2017

EL SILENCIO DE LA CIUDAD BLANCA - Eva Gª Sáenz de Urturi





SINOPSIS:
Tasio Ortiz de Zárate, el brillante arqueólogo condenado por los extraños asesinatos que aterrorizaron la tranquila ciudad de Vitoria hace dos décadas, está a punto de salir de prisión en su primer permiso cuando los crímenes se reanudan de nuevo: en la emblemática Catedral Vieja de Vitoria, una pareja de veinte años aparece desnuda y muerta por picaduras de abeja en la garganta. Poco después, otra pareja de veinticinco años es asesinada en la Casa del Cordón, un conocido edificio medieval.

El joven inspector Unai López de Ayala —alias Kraken—, experto en perfiles criminales, está obsesionado con prevenir los crímenes antes de que ocurran, una tragedia personal aún fresca no le permite encarar el caso como uno más. Sus métodos poco ortodoxos enervan a su jefa, Alba, la subcomisaria con la que mantiene una ambigua relación marcada por los crímenes… El tiempo corre en su contra y la amenaza acecha en cualquier rincón de la ciudad. ¿Quién será el siguiente?


Una novela negra absorbente que se mueve entre la mitología y las leyendas de Álava, la arqueología, los secretos de familia y la psicología criminal. Un noir elegante y complejo que demuestra cómo los errores del pasado pueden influir en el presente.

MI OPINIÓN:
Oí hablar hace unos meses de esta novela; es más, en cada librería que paraba, había hasta posters con la cubierta de la novela o fotos de la autora, por lo que en seguida se convirtió en el típico bestseller que da qué pensar si todo es producto de una buena campaña de promoción y poco más, porque a mi el nombre de su autora no me decía nada.

Un día vi que en la web de Casa del Libro la vendían de segunda mano a buen precio y además decían que estaba sin estrenar. Como me había llegado una promoción en la que no me cobraban los gastos de correo, probé y la compré y tengo que decir que cuando me llegó la novela estaba impecable, como si realmente nadie la hubiese leído, así que contentísimo porque por 10 euros me había hecho con una novela que seguro que su precio en librerías sería del doble.

No sé por qué motivos la arrinconé, a lo mejor porque tengo tendencia a que lo que me sale barato no lo aprecio lo suficiente. El caso es que a raíz de ver que se volvía a organizar este juego de la Yincana Criminal aproveché para hacer limpieza en mi habitación y ponerme a buscar qué libros podían venirme bien para cumplir los requisitos que pedían. En la primera que pensé fue en esta novela, porque además es un poco tocho y me puse a leerla.

Así que me parece que ya he llegado al momento en que tengo que deciros lo que me ha parecido. Voy al tajo sin demoras:

Comienza la novela con un preso que en su día fue un mediático y genial arqueólogo, Tasio Ortiz de Zárate, que lleva una veintena de años en prisión al haber cometido una serie de crímenes. Ha conseguido su primer permiso penitenciario y en pocos días saldrá de prisión, cuando empiezan a producirse una serie de crímenes, similares a los que en su día cometió él.

El primero, una pareja de jóvenes veinteañeros que aparecen desnudos en la catedral con signos evidentes de haber sido atacados por unas picaduras de abejas. Días después es otra pareja, esta vez de veinticinco años ambos, que aparecen en otro edificio emblemático de la ciudad y lo malo es que parece que quien lleva a cabo los asesinatos es un asesino en serie, por lo que el encargado de la investigación, un inspector especializado en perfiles criminales, llamado Unai López de Ayala, aunque más conocido por su apodo –Kraken- enseguida encuentra los paralelismos entre los crímenes del pasado y los actuales y no cejará en su empeño por conseguir parar la rueda.

No le será fácil, porque no todo el mundo comparte su instinto, empezando por su compañera y la extraña relación que mantiene con su jefa.

Creo que hasta ahí es donde puedo contar sin hacer spoilers, pero tengo que decir que aunque me ha parecido un poco lenta en el planteamiento, la autora ha sabido jugar con la intriga de descubrir no solo al asesino actual, sino si realmente Tasio Ortiz de Zárate, que es hermano mellizo de otro policía de rango superior al que investiga el caso fue el verdadero culpable de los hechos que se le achacaron en su día.

A todo esto hay que añadirle algo más que aunque al principio te pasa desapercibido (por lo menos a mi), es un recurso con el que nunca me había encontrado: resulta que el policía –Kraken para los amigos- nos cuenta la historia en pasado, porque el asesino le ha dado un tiro en la cabeza. Resulta un tanto abrumador cuando te das cuenta y, sin embargo, también tiene su lado alentador, porque si nos lo está contando, es porque ha conseguido salir airoso del trance.

Pero también os aseguro que no solo esta novela se apoya en una intriga bien tramada, sino que la novela viene avalada por unos personajes muy trabajados a todos los niveles, porque está muy bien escrita y documentada y, sobre todo, porque la ambientación es una gozada. No sé si habéis estado en Vitoria o vivís allí. Yo estuve hace unos años y leyendo la novela he vuelto a pasear por sus calles y disfrutar de su Semana Grande en honor a la Virgen Blanca. He vuelto a disfrutar de esa bella ciudad y creo que hoy en día la conozco mucho más que si hubiese hecho una gira cultural, porque es una pasada el modo en que está descrito cada rincón, cada edificio y el carácter de sus gentes.

Así que ya solo me queda recomendárosla, porque ahora si que os puedo decir que el que ruido que se montó con la publicación de este libro no fue gratuito, sino que merece la pena.

Esta reseña participa en la Yincana Criminal 2017 en el apartado “La acción transcurre en España” (Vitoria)